martes, 23 de marzo de 2010

La palabra en crisis


El alumno: Maestra, es que no me salen las palabras para decirle lo que quiero.
La maestra: Tómate el tiempo que necesites y dime lo que piensas. Yo te espero.


El diálogo es real y le ocurrió a una amiga que es profesora en el octavo semestre de la carrera de Comunicación en una de las subsedes de la UNAM, en la Ciudad de México.
No me cabe la menor duda: la palabra está en crisis. La palabra retrocede ante el impulso de los medios audiovisuales, los juegos electrónicos, la jerga del teléfono celular, la violencia, la prepotencia (que no es más que otra forma de violencia), el personalismo con todas sus consecuencias y un extenso etcétera. Quién sabe cómo le hicimos para que esta crisis de ahora haya invadido casi todos los predios de lo humano.
Porque lo que está a la vista es que la palabra de hoy sufre un sinnúmero de embates, sociales y sicológicos, cuya patología se manifiesta en las regiones más recónditas del entendimiento humano, o sea en los muy variados ámbitos de la comunicación.
¿Qué haremos cuando ella no esté? Con el tiempo y la falta de uso del instrumento principal del pensamiento, dejaremos de pensar. Y con el tiempo y la falta de uso de esa, nuestra capacidad innata, volveremos a la horda. Sólo que esta vez lo haremos con un peso emocional milenario muy negativo, cargado del odio y la frustración que no poseían nuestros más remotos ancestros.
No es lo mismo avanzar hacia el futuro, que marchar en reversa.
Si seguimos como vamos hasta ahí llegaremos. El pensamiento nos hizo humanos, dije antes, y la palabra nos civilizó, digo ahora. Hoy, para muchos que ostentan alguna jerarquía de poder –y abarco desde el ámbito de la pareja y la familia, hasta el de la empresa y el gobierno— la palabra dejó de ser un instrumento esencial del diálogo. Estas personas han vuelto, como en los tiempos medievales, a dar relevancia principal al soliloquio, en cuyo abuso se deja de escuchar a los demás, de interactuar con ellos, oír sus razones, conocer sus circunstancias, atender sus demandas, acordar, negociar.
En virtud de ello, hay maestros que son verdaderos tiranos en su salón, hay padres que se limitan a ser proveedores y luego se sorprenden cuando descubren a sus hijos sumergidos en la droga y el crimen, hay ejecutivos que atraviesan todo un pasillo lleno de empleados y alcanzan su despacho sin dar los buenos dias. Hay gobernantes que se niegan a escuchar a todo aquel que se deslice una línea milimétrica más allá de lo que ellos piensan. Todos afectan a quienes tienen cerca y mientras más alta es su jerarquia –léase poder— más amplio es el círculo de los afectados: la pareja a su subordinada(o); el padre o la madre a sus hijos; el ejecutivo a sus empleados, el gobernante a su pueblo. Vuelvo a mis afirmaciones anteriores: el poder crea dioses.
Dioses sordos, añado ahora.
Cuán lejos estamos de la premisa humanista propugnada por el gran dominicano Pedro Henríquez Ureña: “Sólo el espíritu crítico nos enseña a ser cosmopolitas; a comprender que nuestros vecinos, nuestros enemigos, poseen virtudes y pueden tener razón” [La ilusión de la paz, 1915]
Cuatrocientos mil años después de la aparición articulada de la palabra, estamos ante una nueva torre de Babel, al pie de la cual hablamos la misma lengua y no nos entendemos.

7 comentarios:

  1. Muy buena tu crónica triste de hoy. Muy apropiada para los dias de hoy.

    ResponderEliminar
  2. Mine, creo que el lenguaje no está en crisis sino evolucionando; que las jergas de los mensajes de texto de celulares o de los chats son sólo "otros modos" que no suplantarán a las palabras y el pensamiento, sino que sumarán otras maneras de comunicación. Los muchachos dicen que escriben así para que los adultos no les entendamos y verdaderamente es como una lengua nueva, que tal vez deberíamos ir aprendiendo o comprendiendo como si fuera otro idioma.
    El asunto es que la evolución es hacia los códigos y el lenguaje de la cibernética y la tecnología, que son el futuro hacia el que vamos. Yo escribí algo de eso en el blog hace unos meses, aquí les dejo el link: http://parquedelajedrez.blogspot.com/2009/10/el-lenguaje-y-la-inteligencia.html

    ResponderEliminar
  3. Este escrito me hizo recordar, la novela de Orwell, 1984, con la neolingua y el estado represivo que todo lo vigila. Y concido contigo en el hecho de que la comunicacion es cada vez mas deficiente en la vida actual. Lo anterior paradojicamente se da a pesar de la globalizaci[on de las comunicaciones. La palabra es necesaria, pero es inutil si no se comparte y se escucha. Lamentablemente cada vez menos personas escuchan. Si seguimos con esta tendencia probablemente no solo muera la palabra sino tambien el pensamiento...

    ResponderEliminar
  4. No puedo evitar seguir comentando esta nota, aunque prometo que sera la ultima. Respecto al tema de la palabra y la comunicacion, quiero hacer referencia a un libro denominado "Galapagos" de Kurt Vonnegut, el cual lei hace ya varios anos. En sintesis la historia se refiere a un grupo variado de seres humanos que se pierden en el mar en un crucero y arriban por mera casualidad a las Islas Galapagos. La humanidad sufrio un colapso. Estos individuos son los ultimos de la especie. Sobreviven por generaciones y con el tiempo van cambiando, es decir, evolucionando. La palabra ha dejado de existir. El pensamiento tambien y ahora la especie solo requiere de buenas habilidades de nado y de olfato. La humanidad evoluciono hacia una especie de foca, con un cerebro reducido. suficiente para poder procurarse su alimento en el mar.
    Aqui un link sobre el autor:
    http://www.1001libros.com/galapagos-de-kurt-vonnegut/

    ResponderEliminar
  5. Cuando me comentaste tu proyecto de un blog sobre la comunicación (universal y complejo tema de siempre) me ilusioné porque sé de ti el talento, la honestidad y sobretodo la sensibilidad.....ahora que es un hecho me urge que sigas adelante....estos tiempos lo hacen imprescindible....Gracias!

    ResponderEliminar
  6. ...ante tan pesimista anuncio de inmediato busqué la dirección y leí la nota realmente preocupante de la pérdida de la palabra... que no creas a veces es abundante en falsedades (al respecto baste oir los anuncios del gobierno federal promocionando el crecimiento de los empleos.. verdaderamente indignante y ofensivo a la inteligencia de los mexicanos !!) . Aunque para una convivencia sana y realmente existir como humanos no deja de pesar la ausencia de la palabra clara, sincera, pensante de quienes aspiramos a construir un mundo mejor !!
    Saludos querida Minerva, gracias por compartir con generosidad tu palabra !!

    ResponderEliminar
  7. Excelente tu artículo de la palabra en crisis, añadiría CRISIS TOTAL y del lenguaje además, increible como la tecnologia ha sustituido el diálogo, al entendimiento y a la comprensión, ha aislado al ser humano en una prepotencia absurda, a donde llegaremos por este camino? a la incomunicacion total?
    Qué nos depara el futuro? Más crisis de palabra? Más crisis de sentimientos? y así queremos educar a los jóvenes? Con qué ejemplo?
    Gracias Minerva por tus razonamientos siempre sensatos, oportunos y lógicos... en este mundo que tanto necesita de ellos..

    ResponderEliminar