jueves, 31 de enero de 2013

Mika en mi banca


Esta semana vi el documental de arte de un joven cineasta: Mika Zimmerman Bekhor. Y ante todo y pese a que lo conozco hace tiempo, me sorprendió la profunda sensibilidad de su mirada. Desde la propia selección del color, me asombra esa asunción de la melancolía que hay tras los contrastes que arroja el blanco y negro, que percibí como una cita del cine original y con ella una suerte de visita al silencio y a la soledad.
Mika cuenta una anécdota de amor y desprendimiento y al hacerlo consigue su síntesis en once minutos, suficientes para completar la historia. Pero de lo que en verdad está hablando es de la identidad del creador, de la ingravidez del camino, de su soledad, de su desolación. Los demás, vivimos los hechos de la vida cotidiana sólo en el sufrimiento y luego quedan en la experiencia; un artista, los deposita en sus fuentes creativas y desde ellas pasan a ser nutrientes de su arte.
Mika se coloca en la pantalla, él mismo, para que no haya confusiones: soy yo, nos dice, hablo de mi silencio, de mi soledad en esa ciudad en la que soy migrante, como los míos ancestrales, pero lejos de ellos. No hay remedio: el joven pedalea en pos de la compañía que da el amor, pero está marcado por el sello que se incrusta en la piel de todo creador: está solo.
Por dolorosa que resulte esta visión para quienes lo queremos, lo importante es que este joven, ya lo sabe: el creador está siempre solo. En algún recóndito lugar de sus entrañas, lo está y resulta en Mika un entendimiento temprano del peso que habrá de cargar de por vida.
En ese peso, en esas fuentes, se originó este poema filmado al que titula en francés Vague á l´ame, en el que el mar es la metáfora principal, ese actor secundario imprescindible al curso de la historia, un acompañante que sabe como romper en los “mediostono” que le ofrece la sombra del color, para elevar la fuerza del drama. La espuma no es más que un quejido contra las rocas y su lamento funciona como palabra en el poema visual. El director, su figura de hombre se acaba de dibujar, única, en el horizonte de la cima, y esa imagen de abandono queda como evidencia máxima de cuán solos estamos los humanos en el planeta que hemos construido.
 



Me quedo con el sabor de la nostalgia, dulce a ratos, lleno de dilemas acerca del proceso de la creación y de los enigmas a descifrar por quienes se adentran en sus caminos.
Pero ante todo, me quedo con la certeza de estar frente a un joven artista de gran sensibilidad, inmune a lo comercial, que sabe lo que quiere y prefiere los caminos difíciles, poblados de incomprensión, en el afán de lograr un lenguaje propio, que es el sentido último de todo creador y finalmente lo que lo hace trascender.
Mika Zimerman es una rara joya en su generación y me honro de su amistad porque su presencia en mi vida, me devuelve la confianza en que no todo está perdido.

 
 
 




4 comentarios:

  1. Lo vi., es genial, pero cerré la página y ahora ando como loca buscando el link para que lo cuelgues Con esas palabras obligas a verlo. Me encantó, sobre todo la presencia del mar, imagínate que a mi me ha dado por eso ahora y estoy metida en un proyecto grande, de documental. Un abrazo.

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  2. Mine querida muy emotivo y me cae súper bien leerlo hoy, no he visto el documental lo buscaré, y es como la vida misma, habrá quienes eligen el camino sencillo para el amor, el trabajo, la vida pero hay otros seres guerreros que se cuestionan si en lugar de caminar derechito es mejor detenerse un rato y abrir otras puertas, y en ello también está el ser creador, y eso me lo quedo siempre, para mis búsquedas también.
    Un abrazo con mucho cariño y gracias.

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  3. Unas conmovedoras palabras de una poeta a un joven artista en devenir que sembrará una semilla esencial, para que Mika siga defiendo el Arte. Dejo aquí el lazo, para que el va y ven de esas olas se mezclen con tus palabras en un florilegio artístico móvil:

    https://vimeo.com/44673207

    password:vague

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  4. Hola Minerva,
    Acabo de leer el articulo que hiciste sobre Vague à l'âme. Me conmovió mucho Minerva.
    Siento que tu entendimiento del cortometraje es superior al mío. Pero al reconocer en tus palabras un paralelo con las imagenes del corto, no hay de otra que no sentirse solo.
    También es la primera vez que alguien se refiere a mí como un artista, es muy conmovedor!
    Muchas Gracias Minerva,
    Nos vemos pronto.

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