domingo, 3 de noviembre de 2013

Marré

La muerte en La Habana del poeta y amigo Luis Marré, me conduce directamente al espacio en blanco para escribir una opinión que he expresado muchas veces de manera verbal, cada vez que se habla de la poesía en mi país: Marré figura entre los cinco poetas más importantes de la segunda mitad del siglo XX cubano y, por tanto, entre los mayores de toda la centuria. No ha sido reconocido como tal, en especial porque no se sintió nunca protagonista de nada, no pensó en sitios para la posteridad, ni se acreditó la suficiente estatura para representar a institución alguna. No tuvo el discurso necesario para ello y su condición de hombre sencillo lo ubicó en la segunda fila asignada a los simples; lo que asumió sin protestas, más bien contento por no tener que pasearse en ese ámbito irrespirable en el cual circula tanto vacío pavorreal (que me disculpen el símil estas hermosas aves).
Esa sencillez, sin embargo, le concedió una pupila privilegiada, capaz de captar, como muy pocos entre nosotros, fibras emotivas de muy delicadas vibraciones. Con esa sencillez que usó como principal instrumento, creó una sorprendente línea de verso, que más allá de su habilidad para dotar de sentido humano a la metáfora, exhibe como ninguna otra que yo conozca el prodigioso efecto de la síntesis poética sobre la emoción y, en este sentido es única en nuestra versificación: "...Sólo tuvo una prenda de oro puro y le estalló en el pecho aquella tarde."
Gracias Marré, por este poema que leo en público cada vez que me lo permiten. Se los ofrezco aquí completo, no sin antes citar a nuestro Eliseo Diego, otro amante de las cosas sencillas, en sus palabras preliminares a Voy a hablar de la dicha (La Habana, Unión 1977):
De mí sé decir que me importa mucho haber leído este libro en que resplandece la belleza del soñar y el actuar de un hombre de corazón pulcro. Hace tiempo se me ocurrió una verdad tan obvia como ese gato dormido ahí, ignorándome feliz desde su sueño: un libro importa según sirva o no sirva. Este que tienes en las manos, lector, ha de servirte para ver más claro y ser más claro por dentro. 

Los miserables

Cuando murió la abuela los parientes
se repartieron todo
                              no era mucho
pero
       eso sí
                muy limpio y ordenado.

Hubo averiguaciones
                                  descontento
¿La abuela no tenía una cadena
de oro dieciocho gruesa
                                      una medalla
y aretes con chispitas de diamante?

Sólo paños y sábanas muy limpios
además de los viejos muebles pudo
repartirse.
                La abuela no era rica
Sólo tuvo una prenda
                                 de oro puro
y la quebró el infarto aquella tarde

Ciegos estaban los parientes
                                             ciegos
buscaban otra cosa.      

4 comentarios:

  1. Minerva querida, la muerte siempre avasalla, como sea, quién sea... pero cuando muere un poeta "sencillo y grande" nada alcanza porque se van con él las palabras no dichas, la invitación a ver la vida toda de otra manera.
    Lamento tu perdida, la mía, la del mundo que no le escuchará más.
    Un abrazo solidario

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  2. Lindo homenaje el que le haces, Mine, a ese inolvidable guajiro que hablaba francés. Qué, raro, eh, Mine, a veces no nos damos cuenta, pero los cocuyos que la tierra pare sirven para alumbrar en la noche lo mismo que las grandes estrellas, con la ventaja de que los cocuyos fueron las estrellas que, alguna vez, tuvimos en las manos.
    Un abrazo,

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  3. Marré, ...no sabía que había muerto...yo como siempre...Casualmente Miriam me envió una revista cubana donde dedican el dossier a Eliseo Diego, su obra y familia...excelente..me acordé mucho de tí y tu relación con todos los Diego...y en esa publicación también vienen publicados unos poemas de Marré, que me hicieron viajar en el tiempo, en primer lugar recordándolo como nuestro cro. en el aula...inolvidable...y claro la lectura de sus poemas...Debe estar entre los buenos, los de noble corazón, envuelto en su manto de sencillez, sonriente...seguro descansando en paz.

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  4. José Miguel Garófalo10 de diciembre de 2013, 18:28

    Jose escribió: "Minerva, estoy deslumbrado de mi recorrido a vuelo de vista de tus trabajo lEsquina con banca. Admirables y lucidas reflexiones sobre una gama de temas del mas variado color. Cuanta madurez, finura, profundiad. Y al mismo tiempo con un lenguaje a veces hasta coloquial, sencillo, sin alambiqueos. Te lo traduzco ahora a una expresion de la calle. Tronco de intelectual te me volviste, que maravilloso haberte conocido temprano y que lastima el distanciamiento provocado por los avatares y caminos de la vida. Pepe. PD. Lo mas triste de esta revision fue toparme con la noticia del fallecimiento de Marre. Coincido contigo, no era un ser de esta galaxia, era un hombre lo mas noble y sencillo que jamas conoci. Igual la perdida de Lichi si entendi bien. Es la vida...siempre recuerdo un serial que escribio un amigo para la television, que el protagonista se levantaba una manana y comentaba para si. Hoy me levante con la cabeza llena de muertos! Un beso."

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